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Authoracai ong
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La situación de la educación se ha complicado para todos los niños y familias en la sociedad boliviana, al tener que adaptarse a una nueva modalidad de estudio desconocida para docentes, padres y estudiantes. Con dificultades en el acceso al medio tecnológico para las clases (computadoras, teléfonos, tablets) y el acceso a internet para la conexión, la falta de personalización y adaptación de la curricula y otras incomodidades que las familias bolivianas tienen que sobrellevar a consecuencia de la pandemia del COVID-19. La verdad es que el acceder a la educación se ha complicado para muchas familias en nuestro país y ha agudizado la exclusión de las personas con discapacidad en la educación.
La dificultad solo se agrava en las familias, donde hay uno, dos, tres o más estudiantes con y sin discapacidad, una sola tutora que los ayude con los quehaceres de la escuela, en algunos casos analfabeta o con pocos estudios, pero con la responsabilidad de guiar en la educación a sus hijos, con las dificultades para acostumbrarse a una nueva modalidad de enseñanza, con una metodología que no se adaptada a la situación particular de cada niño y su familia.
La campaña “Tocamos la Campana” se realiza en Bolivia desde el 2014, con el objetivo de promover el ejercicio del derecho a la educación de todos los niños y niñas con discapacidad e instar a las autoridades a hacer cumplir este derecho. El año pasado la pandemia no nos permitió levantar las voces y hacer ruido exigiendo este derecho, pero este año no vamos a callar.
Este año queremos hacer eco al grito de muchas familias, que tienen que «peregrinar» para inscribir a sus hijos e hijas a la escuela y «pedir» que los profesores hagan adaptaciones para sus hijos e hijas con discapacidad, cuando la educación para todos y todas no debería ser una excepción sino una regla, porque la educación de calidad no es un favor, !es un derecho¡.